Todos
los años por estas fechas en el cole celebramos el concurso de fotografía
matemática. Durante las vacaciones de
Navidad nuestros alumnos salen a la calle, cámara en mano, con un objetivo
distinto al habitual: encontrar la instantánea que junto con el título adecuado
nos haga relacionar las matemáticas con el arte.
En las
dos últimas ediciones habíamos centrado el concurso en los fractales atraídas
tanto mi compañera Virginia como yo por la belleza que presentan estas
curvas. A los chicos siempre les ha
impresionado descubrir que esa propiedad geométrica rara, llamada autosimilitud,
salía del ordenador y se instalaba en sus platos convertida en verduras o la
veían al mirar por sus ventanas transformada en los árboles o saber que existía
dentro de nuestro cuerpo…
En esta
ocasión el tema del concurso es otro, pero como los fractales siguen siendo mi
debilidad, no me resisto a compartir con vosotros un fragmento de un documental
de Redes.
Espero
que os guste tanto como a mí.
Impresionante, a veces el bosque no nos deja ver los árboles.
ResponderEliminarA los chicos les encanta descubrir estas cosas. La motivación crece
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